México es el país con más
tratados de libre comercio en el mundo, pero muchos mexicanos se
preguntan para qué han servido tantos acuerdos económicos, especialmente
con naciones con las que el intercambio económico es mínimo.
Martes, 14 de mayo de 2013
Barack Obama y Enrique Peña establecerán un equipo de negociaciones comerciales de alto nivel.
Barack Obama y Enrique Peña establecerán un equipo de negociaciones comerciales de alto nivel.
Pero los críticos de los acuerdos afirman que muchos beneficios anunciados con esos tratados no existen, e incluso aumentó la dependencia de la economía mexicana a la estadounidense, lo que se pretendía evitar con la diversificación de relaciones comerciales.
El país, explica a BBC Mundo Arnulfo Gómez, investigador de la Universidad Anáhuac, no aprovechó sus ventajas competitivas:
Ser vecino de Estados Unidos, conseguir un acceso preferencial a ese mercado, contar con reformas estructurales en su economía interna y mantener un tipo de cambio devaluado.
Firmar tantos acuerdos comerciales sirvió, entonces, de muy poco, asegura el académico.
"Debido a la falta de programas, proyectos y la falta de competitividad empezamos a importar de todos los demás países para exportar a Estados Unidos, y lo que sucedió fue que el valor agregado de México en el proceso de exportación se redujo".
Números
"Empezamos a importar de todos los demás países para exportar a Estados Unidos, y lo que sucedió fue que el valor agregado de México en el proceso de exportación se redujo"
Arnulfo Gómez, Universidad Anáhuac
Pero ese año, en medio de una de las crisis financieras más severas de su historia, el gobierno decidió incorporarse al Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) con lo cual el país se abrió al libre mercado internacional.
Ocho años más tarde, en 1994, México firmó con Estados Unidos y Canadá el Tratado de Libre Comercio de América de Norte (TLCAN), que pretendía crear una de las economías regionales más importantes del mundo.
Pero al año siguiente también estableció acuerdos similares con Costa Rica y Colombia, y después con Nicaragua, Chile, Israel o Liechtenstein, naciones con las que el intercambio comercial era reducido.
En su momento el gobierno del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) -período en el que se firmaron muchos de estos convenios-, afirmó que el objetivo era ampliar las relaciones comerciales mexicanas, concentradas con su vecino del norte, y aprovechar el TLCAN como una puerta al mercado estadounidense.
Así ocurrió al principio, explica el investigador Arnulfo Gómez. Pero luego se perdió el impulso.
Según la Organización Mundial de Comercio entre 1993 y 2001 México pasó de ocupar el lugar 17 en el rango de países exportadores a la posición 12. Pero luego descendió en la escala y el año pasado se colocó en el sitio número 16.
La Secretaría de Economía afirma que, con los tratados, México tiene acceso a un mercado potencial de unos 1.000 millones de consumidores, que representan el 60% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Pero ha sido sólo una posibilidad, coinciden analistas. Datos de la Secretaría de Economía indican que el 78% del comercio mexicano se realiza con Estados Unidos.
La mayor parte de las mercancías que se exportan son petróleo, televisores y pantallas; vehículos, computadoras, teléfonos móviles, equipo eléctrico, aparatos médicos, tractores, oro y plata.
Pero lo más grave es que la forma como se ha realizado la apertura comercial perjudicó a varios sectores de la economía, como la producción agrícola le dice a BBC Mundo Víctor Suárez, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productos del Campo (ANEC).
Hasta ahora el modelo de competencia de la economía mexicana se basa en dos temas, afirma: el bajo costo de la mano de obra y la exportación de materias primas.
"Para nosotros tener 49, 50 u 80 tratados de libre comercio es lo mismo, porque no hay un proyecto nacional de desarrollo basado en el mercado interno, la articulación de las cadenas productivas o elevar el salario para mejorar el nivel de vida", señala.
Más allá de las críticas, para las autoridades mexicanas los acuerdos comerciales son fundamentales. Uno de sus principales defensores es el presidente Enrique Peña Nieto, quien ha dicho que el libre comercio "marcará mi gobierno", e incluso recientemente anunció que establecerá con Estados Unidos un equipo de alto nivel para negociaciones comerciales entre ambos países.
Por lo pronto México mantiene negociaciones para unirse al Acuerdo de Asociación Transpacífico, donde participarían China y Estados Unidos, y que podría convertirse en el tratado comercial más grande de la historia.
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